Pues sí, el afán por corregir los dientes apretados, irregulares o salientes es muy antiguo pues hay constancia de que ya en el siglo VIII a.C. se intentaba solucionar tales anomalías. Entre los hallazgos etnográficos del mundo griego y etrusco figuran aparatos ortodónticos de magnífico diseño.
Algunas momias encontradas que datan de esa época tenían en la boca restos de lo que se podrían considerar como unas ortodoncias primigenias.
Desde estos orígenes hasta la actualidad, la ortodoncia no sólo se preocupa de la estética, también de a través de ella mejorar el desgaste de los dientes, menor riesgo de caries, mejor limpieza, mejor masticación y de conseguir la mejor de las sonrisas.
Desde entonces hasta la fecha la ortodoncia ha evolucionado hasta conseguir mejores tratamientos menos molestos, más estéticos y con resultados óptimos.